No, así no...

Me da la impresión que este gobierno nuestro, que sufrimos cada día desde hace casi un año, tiene el rumbo errado. Llegó a coger el timón de la nao España con una abrumadora mayoría. Mayoría que veía cómo el capitán anterior, aquél "ZP" de secano, manejaba el barco como si fuera un Titanic II del siglo XXI: Lujo por todas partes, riquezas, derroche a doquier, inhundible, la envidia del mundo!... hasta que se topó con un iceberg-crisis y le explotaron las calderas-inmobiliarias, aquellas que eran el motor del transatlántico (como ellos mismos definieron a nuestro país)... Empezó el barquito a hacer agua por todas partes... Y resulta que aquella tripulación no era precisamente como la de aquel legendario Titanic. Más bien-peor se asemejaba a la del más reciente y menos glamuroso "Costa Concordia". Callaron y negaron el incipiente e irremediable hundimiento, mientras se afanaban en ponerse ellos a salvo (¿cómo era aquello de las ratas?) asegurándose el disponer, llegado el momento, de eficientes botes salvavidas a costa, claro, de ningunear al pasaje... Y se ofreció el almirante Rajoy y su tropa para hacerse cargo del asunto, tratar de achicar y evitar la debacle. Presentaron, defendieron y prometieron una hoja de ruta (programa de gobierno, según ellos) que llevaría al tocado navío hasta puerto seguro para proceder a su reparación. Con el agua por las rodillas y subiendo, la mayoría del pasaje vio aquello como la única tabla de salvación y pusieron su futuro en las manos "peperas". ¡Ay!...y en esas estamos. El imponente crucero se ha tornado en frágil carabela. Y los nuevos y supuestos expertos marinos  han resultado ser unos totales ineptos  y unos pardillos en esto de la navegación. Nos mintieron descaradamente: ¡no saben ni remar!, puede incluso que ni nadar. Y van y se empeñan en un rumbo que a todos se nos antoja contrario al debido y prometido. Y lo malo, lo que realmente me asusta, es que Rajoy pueda llegar a creerse que es Magallanes.