uieren para el 2023 mandar terrícolas sin un triste billete de vuelta a hacer gárgaras o puñetas al planeta rojo. ¿Qué otra cosa pueden hacer cuatro tipos/tipas del montón, en aquél Marte dejado de la mano de Dios, aparte de estar todo el marciano día dándole a la fornicación para poblar aquello a marchas forzadas? pues eso: puñetas o gárgaras. Tan sólo se precisa para esta aventurilla ser mayor de 18 años, estar más o menos sobrado de salud y tener un "adecuado conocimiento de inglés" [ver noticia]. Esto del inglés debe ser para entender perfectamente a los licenciados de la Nasa y de Mars One cuando te den las instrucciones pertinentes desde la tierra para hacer bien las puñetas. O para que ellos comprendan sin opción a duda alguna, cuando, transcurridos 3 ó 4 meses, estés hasta los mismísimos de aquello y mentes a toda la parentela, ascendente y descendente, de los que te animaron a semejante reality show interestelar.
Me ha puesto en un brete el follower tuitero que al filo de esta noticia lanzó en su página una preguntita : '¿Que os llevaríais en la maleta si tuvierais que abandonar la Tierra por alguna amenaza de destrucción planetaria?'. ¡¡Hala, a pensar!!. Para mayor desconcierto neurótico y recalentón de mis desgastadas células pensantes, el cachondo tuitero tan sólo nos permite meter en la maleta, compañera de viaje, una sóla cosa. ¡¡Sólo una!!, como si no tuviera yo más espacio en mi baúl particular, ni tiempo para salvar de la quema mogollón de utilísimas y necesarias chorradas personales.
Recuerdo yo que, en mis buenos tiempos mozos, ésta era una de esas tontas y típicas preguntas de cuadrilla de estudiantes que nos hacíamos los unos a los otros para hablar de cosas "importantes y muy trascendentales" que nos permitieran dar rienda suelta al sesudo y profundo filósofo que todos creíamos llevar dentro. Cada uno daba su bien pensada y rumiada respuesta esperando dejar anonadado y boquiabierto al prójimo y ver así recargado nuestro orgullo intelectual. Claro está que eran otros tiempos. En nuestra pregunta no abandonábamos el planeta tierra, quizá por falta de imaginación, quizá porque solamente los gringos y sus soviéticos enemigos tenían el privilegio y el monopolio del turisteo estelar. Nosotros, párvulos de la vida, nos limitábamos a irnos imaginariamente a una isla desierta y a la que igualmente sólo podíamos llevar una cosa. Lo chic y progre era elegir el socorrido libro (un gordo e intelectual libro, claro está). También era muy socorrido y elegido la barca para poder volver cuando a uno le viniera en gana. Desde luego había respuestas para todo, unas graciosas, otras dudosas y otras, ciertamente, enrevesadas e imposibles. A mí, personalmente, me convenció la de aquél que respondió, muy cabal y serio, que si nos íbamos todos a una isla desierta ésta dejaría de ser precisamente desierta y que para qué cojones se iba a marchar él pudiendo quedarse aquí tranquilamente solo, disfrutando de y con todo lo que dejábamos los demás. Lógico, elemental y aplastante razonamiento
Puzzle de esta foto al final del post |
Si es que eso ocurre, tranquilos. Quizá para entonces, en Marte ya tengamos dónde proveernos...
(Imágenes y dibujos extraídos de 'Imágenes Google'. Manipulación, textos y edición por RjL)
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Puzzle del post
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¿Cómo jugar?:
Haz clic dentro del juego en la rueda dentada y ahí tienes opción de desordenar la imagen y la opción ayuda que te explica cómo jugar.
DIVIÉRTETE!!
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(Clic abajo en Crónicas desde mi balcón)
Un artículo muy divertido... Lo voy echar en la maleta que me ha de acompañar en mi viaje cósmico. (Risas)
ResponderEliminarGracias por tus palabras amigo. Nos vemos, aunque no sé si en la isla o en Marte. Saludos
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