Querida Tita Olga:
Han pasado años. Uff!. Muchos. Demasiados para mi gusto. Se acabó el programa y yo no tuve ni la decencia, ni la mínima educación, de despedirme, no solamente de ti, tampoco de los muchos o pocos seguidores de aquellas locas crónicas. Cerré el balcón de mala manera. De un ventanazo. Sin más. Venir a estas alturas a intentar dar explicaciones o quizás intentar pedir unas inmerecidas disculpas, pues que es como un poco tarde. Yo, si fuera tú, me mandaría tranquilamente al inmenso y muy concurrido mundo escatológico-excrementil. Vamos, el típico "¡váyase usted a la mierda!". Si es así, solo te pido que me lo digas con la contundencia, escondida elegancia y plena arrogancia que desprendía Fernán Gómez. Y güisqui en mano, que es todo un detalle. Y, ¡qué puñetas!, que se va uno como más contento a semejante lugar.
Han pasado años. Uff!. Muchos. Demasiados para mi gusto. Se acabó el programa y yo no tuve ni la decencia, ni la mínima educación, de despedirme, no solamente de ti, tampoco de los muchos o pocos seguidores de aquellas locas crónicas. Cerré el balcón de mala manera. De un ventanazo. Sin más. Venir a estas alturas a intentar dar explicaciones o quizás intentar pedir unas inmerecidas disculpas, pues que es como un poco tarde. Yo, si fuera tú, me mandaría tranquilamente al inmenso y muy concurrido mundo escatológico-excrementil. Vamos, el típico "¡váyase usted a la mierda!". Si es así, solo te pido que me lo digas con la contundencia, escondida elegancia y plena arrogancia que desprendía Fernán Gómez. Y güisqui en mano, que es todo un detalle. Y, ¡qué puñetas!, que se va uno como más contento a semejante lugar.


Enredando, enredando, topé en alguna red social, no te diré en cual, curiosona, con algunos de aquellos seguidores de tu noctámbulo programa. A las preguntas típicas y tópicas que se producen en un encuentro tras tan largo tiempo, siguieron los recuerdos y los reconocimientos hacia tu persona y labor. También, no puedo callarlo, hacia mis crónicas y colaboraciones. Esos mismos y comunes fans, (¡Dios, cómo me pone esto!), empezaron a animarme a "reabrir" aquel tosco balcón. Pero esta vez, y a falta del "Échale Sal", me empujaron, tampoco hizo falta mucho, ¡para qué negarlo!, a hacerlo en formato Blogger. Y aquí me tienes, querida amiga y ex-directora, inaugurando este alicatado, modernizado y ahora planetario balcón. (Jolines! por un momento me he sentido Leire Pajín con eso de planetario; ¡aggg!). Como verás, churri radiofónica mía, este moderno y renovado mirador contiene recuerdos del anterior; y aunque no he podido contactar contigo para solicitar los preceptivos permisos, lo hago ahora. Y con carácter retroactivo. No creo, conociéndote, que te molestes por ello. Espero que estas líneas te lleguen, te gusten y vengas de cuando en cuando a visitarme al balcón. Incluso, si te apetece, puedes hacer libre uso de él. ¡Quién mejor que tú!.
Pues hala!. Queda, a falta de pequeños retoques, inaugurado solemnemente. El cava y esas cosas, en el bar de la esquina. Y cada uno a tocateja. Que está mu malita la cosa.
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