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miércoles, 27 de marzo de 2013

Museo (le llaman) de Cera de Madrid...



muy prestigioso y afamado (ejem, ejem...) Museo de Cera de Madrid ha "publicitado", disfrazándolo como noticia relevante y en primicia, ser el primer museo del mundo de estas características en ponerse manos a la cera para realizar una copia en dicho elemento del recientemente nombrado nuevo Santo Padre, el Papa Francisco. Se han dado prisa y ya han moldeado su busto en arcilla, primer paso en la creación de la figura.

Cuenta el director del museo, todo henchido de orgullo él, que nada más conocerse la identidad del nuevo usuario de la bi-milenaria Silla de San Pedro se pusieron al tajo, y que gracias al material fotográfico que poseían sobre el "Papa-Párroco" pudieron, tras laboriosas y complejas mediciones digitales de dicho material (¡¡toma ya y alucina CSI!!) concretar las medidas y características de tan ilustre protagonista. Al mando de este equipo de 'artistas y expertos' estaba la escultora doña Aída Pérez que parece ser lleva más de 20 años en estas labores y que ya con anterioridad es la autora responsable de las imágenes de los antecesores del 'Elegido Paco' como Juan Pablo II o Benedicto XVI y a la que se la presupone experiencia y maña sobradas en estas artes.

Visto el resultado del modelo arcilloso a ver cómo se lo digo sin herir la autoestima (suponiéndosela) del señor director, doña Aída y el equipo ese tan bueno: el solideo (gorrito papal) les ha salido dabuten. Ahora ya, el resto, pues que como que no. Quizá con las gafas... pero me pega a mí que ni con esas. Lo siento por ellos que seguro han puesto ganas, empeño e ilusión, pero, la verdad, podían dedicarse a otros menesteres como por ejemplo: maniquíes para grandes almacenes, velas, muñecos de ferias, caganers para el Belén... pero para imágenes de cera "dobles" de famosos para un museo.. ¡¡nasti  de plasti!!.

Y estoy convencido que la tal doña Aída será una reputadísima escultora. En esto del 'Arte' ya se sabe: lo que para uno es una caca pinchada en un palo para otro (generalmente los muy modernos, chics, snobs, cultos y entendidos en ello) es el no va más. En fin, que para un servidor, mero observador, este invento llamado "Museo de Cera de Madrid" es una birria y encima caro (17 eurazos la visita). Nunca he ido. Hubo una vez durante mi estancia en Madrid (aquellos maravillosos, alcohólicos y muy pecaminosos diez años que disfruté allí) que a puntito estuve de entrar. Llegué hasta la taquilla y ya entonces me pareció un robo el precio de la entrada (aún era en pesetas). A sabiendas y avisado de lo que me iba a encontrar (por aquel entonces eran otros los personajes ultrajados), decidí irme al Prado que además, enseñando el DNI, era gratis para los españoles. Mira tú por dónde, le debo a este museo, el de cera, mi desbordante admiración por las Meninas (el cuadro de Velázquez, no vayan a pensar otra cosa).

Alguien habrá que me alegará el que si no lo he visitado no puedo o no debo opinar. Sí, tiene razón... pero aquí le dejo yo once razones (de momento) para no dejarme dar gato por liebre...


...cualquier parecido con la realidad es única y exclusivamente debido a la ropa con la que visten a estos "supuestos" dobles. Es más, incluso diría que alguno cambiándole el disfraz podría pasar por otro famosete. Por ejemplo Don Juán Carlos podría pasar por Pedro Piqueras, o Michael Jackson y Doña Letizia darían muy bien el pego como Raquel Bollo, o tal vez el Pavarotti, sin barba y encanecido, pudiera ser Vicente Del Bosque o tan sólo añadiéndole una gorra marinera y una pipa el mismísimo capitán Archibald Haddock, compañero de aventuras de Tintín.

Como postre y para justificar más aún mis razones les dejo un vídeo que recoge la presentación mundial del molde en arcilla del busto del Papa. No se pierdan (es hilarante) los "otros" Papas que acompañan la escena. En serio, si yo fuera el director del museo me pensaría muy mucho en cambiar de asesores de imagen, o de publicistas, o -directamente- todo el equipo de artistas y expertos con doña Aída a la cabeza, o de negocio. Puede que con plastilina, barro o cerámica hagan muy buenos ceniceros...



2 comentarios:

  1. Pues tengo que darte la razón.
    Yo si soy de Madrid y si lo he visitado, una vez, que conste que solo una y tengo que darte la razón.
    En la inmensa mayoría de las figuras, el parecido se les supone, pero no se les espera.
    Y referente a lo del precio, tienes toda la razón del mundo, es un atraco a cara descubierta.
    Por eso mismo, la mayoría, (que no son demasiados)de sus visitantes, son pobres turistas, que caen rendidos ante las fotografías apostadas al lado de la taquilla.

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  2. Que esa es otra: la entrada. No sé si habrá cambiado o no, pero cuando yo fui hasta allí me pareció lúgubre, tétrica y nada apetecible traspasarla. Escondida al final de unas oscuras y tristes escaleras. Daba yuyu. Saludos amigo Manuel-Carlos.

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